viernes, 30 de octubre de 2009

El secreto


Tengo el secreto para no envejecer: no dejar nunca de aprender.


No dejar que nos abandone esa curiosidad infantil por todo lo nuevo. Buscar en cada situación una sorpresa, algo único, un motivo para aprender, para seguir vivo, un reto…


Pasar por la vida con la mente despierta, empaparnos de las experiencias, dejar que nuestros sentidos se llenen de cada momento vivido, de cada viaje que hemos compartido.


Caminar disfrutando el camino, pasear por el borde del sendero para abrir los ojos a lo desconocido.


No esperar a que llegue la vida, lanzarnos a ella, llamar a la puerta, preguntar siempre, saborear la subida.


No esperar la noche sin disfrutar del día, no saborear el postre sin probar la comida, no mirar al cielo sin sentir los pies en el suelo, no dar nada por hecho, no dormirnos en el ayer…


No dejar nunca de aprender.


martes, 20 de octubre de 2009

Me presento


Te vas a venir conmigo.


Vas a aceptarme. Sin preguntar, sin dudar, sin pensar…


Cuando estés triste te bastará saber que estoy ahí.


Cuando estés alegre lo celebrarás conmigo.


Si te asaltan las dudas, las alejarás pensando en mí.


Si te equivocas, sólo tendrás que pedir perdón.


Si aciertas me tendrás que dar las gracias, es lo justo.


Yo no decido lo que te pasa, pero si te gusta me alegrará que pienses en mí.


Cuando te atormenten las injusticias deberás pensar aún más en mí. Y eso te consolará.


Cuidado con pensar que soy injusto: es la peor injusticia que puedes cometer conmigo.


Cuando creas que no me encuentras, tendrás que buscar en tu interior. No me preguntes cómo, pero ahí estoy.


Me verás en cada una de las personas que te rodean, y todas ellas se verán magnificadas a través de mí.


Me verás en cada río, cada árbol, cada montaña.


Estoy donde tú estás. Y donde no.


Me presento: soy tu dios.