miércoles, 9 de marzo de 2011

Me pierdo...



Me pierdo en un mundo que me queda grande, en calles que no llevan a ninguna parte…

En el patio de un colegio que nunca fue mío, en el salón de una casa que apenas recuerdo.

Me pierdo en laberintos sin entrada y en toboganes sin subida. En las tiendas, en el circo, entre la gente. Me pierdo.

Me pierdo cuando te busco y me pierdo cuando no me encuentro.

Entre colores, sonidos, sabores, olores… no lo puedo evitar: me pierdo.

Me pierdo si estoy sola, con los demás me perdí hace ya mucho tiempo.

Me pierdo… y no lo entiendo.

martes, 8 de marzo de 2011

Ídolos



Pero no los ídolos de todo el mundo, esos seres inaccesibles, casi divinos de puro lejos que están. Generalmente personas públicas con la agenda tan ocupada que difícilmente les debe quedar hueco para un amigo más.

No. A mí me encantan los ídolos pequeñitos. Me declaro fan absoluta de esas personas a las que veo cada día, que me cuentan su historia como si no fuera nada del otro mundo y en la que yo leo una vida dedicada a la pasión, al esfuerzo, a la lucha por la supervivencia emocional en un mundo que corre a nuestro alrededor sin dejarnos tiempo para respirar.

Haciendo malabares con las horas del día, y, sobre todo de la noche, para que la vida les dé de sí lo suficiente para avanzar cada vez un paso más en dirección a su sueño.

Luchando por mantenerse erguidos cuando todos los vientos compiten por abatirlos.
Levantando la frente y sacando pecho para aguantar mejor los embites del día a día.
Mirando hacia un mañana que no existe a no ser que lo fabriques hoy.

Son mis héroes, mis ídolos… Cuando me quedo sin fuerzas son el espejo en que me miro, su fuerza me da fuerza y en su vida intento ver la mía.

Yo de mayor quiero ser como ellos…