jueves, 12 de febrero de 2009

Cuidado con los sueños



Tenemos un sueño y luchamos por él, pero a veces en nuestra imaginación sólo vemos aquella parte que nos es más agradable, magnificamos nuestro objetivo y no somos capaces de ver las consecuencias que puede tener el simple hecho de obtenerlo.

A veces en el fragor de la batalla idealizamos nuestra meta, y cuando por fin la conseguimos y nos instalamos en su realidad, ésta se nos manifiesta con toda su crudeza: las cosas no son como esperábamos.

Y el sueño se hace doblemente amargo: lloramos cuando lo deseamos y lloramos cuando nos damos cuenta de que lo soñábamos diferente.


Y nos perdemos dos veces la vida: primero por no tenerlo y y luego por no saber salir de él.


Hay que tener cuidado con los sueños…


...porque a veces se cumplen.


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