viernes, 23 de enero de 2009

Recuerdos...



Se nos pasa la vida perdiendo cosas…


Lloramos de niños por abandonar la casa vieja y pequeña, y aunque la nueva nos fascina, soñamos durante años con volver a la antigua, que en nuestra imaginación ya no es incómoda, desvencijada y fría.


Soñamos volver de vacaciones a donde solíamos ir de pequeños y, cuanto mayor es la certeza de no volver, más añoramos esos rincones donde fuimos felices sin darnos cuenta.


Y un día descubrimos que no añoramos cosas, sino que nos añoramos a nosotros mismos. ¿Porque éramos más jóvenes? ¿Más guapos? ¿Porque teníamos más energía?


No. Porque éramos felices.


Y cuando por fin lo descubrimos lanzamos ese gran tópico con el que se nos llena la boca: “hay que aprovechar el instante…”. Como si el instante fuera un muñeco de nieve al sol que tuviésemos que mirar muy fuerte antes de que desaparezca.


Y a fuerza de querer disfrutar el instante, lo llenamos de la angustia que acompaña siempre a la certeza de lo efímero. Y en nuestra angustia pensamos que estamos disfrutando cada momento de felicidad, que por fin lo estamos haciendo bien…


Pero no. Yo quiero ser feliz sin saberlo, sin darme cuenta, como cuando era pequeña. Y descubrirlo sólo más tarde, cuando ya no tenga remedio…





8 comentarios:

Anónimo dijo...

Es inevitable que nos pase esto, hay literatura desde hace siglos , desde Jorge Manrique , pasando por los clásicos y terminando por tí, que haces una reflexión preciosa. Estamos afanados en llegar a ser felices y el otro día leí que somos mas felices en el momento inmediatamente antes de que ocurra aquello que ansiamos. Eso demuestra que somos un poco tontos pero sobre todo, Yrene, que estamos en búsqueda, que no nos hemos cansado.O así lo veo yo.
De todas formas no sé si eres feliz, pero muchas veces has hecho que los demás sean felices a costa tuya, lo certifico, y yo con eso, me daría por satisfecha.
María C.

yrn dijo...

Pienso que ese es el mayor elogio que puede recibir alguien, María. Gracias por decirlo.

Ah! Y aunque sé que no es una comparación, ni mucho menos, me hace ilusión verme junto a Jorge Manrique y los clásicos en una frase en la que no salgo tan mal parada ;-)

Teresa dijo...

Has dado en el clavo, ser felices sin darnos cuenta es lo que nos ocurre constantemente, solo cuando nos falta algo que llene nuestra vida nos sentimos infelices, o por lo menos no tan felices como cuando lo teníamos, por lo que en el momento en el que uno no este pensando en este tema de la felicidad será que en ese momento realmente es feliz.

Besotes

yrn dijo...

Justo a eso me refería. Parece que se ha puesto de moda plantearse ser feliz, y creo que ese es uno de los caminos más largos y agobiante para conseguirlo...

Anónimo dijo...

Mirad, tengo tan poco claro que es esto de la felicidad que estoy de acuerdo en todo lo que decís. A veces me la imagino como esos ojos de un cuadro que te miran pero que en cuanto te giras para fijar tu vista en ellos te retiran la mirada.
Aquí tenéis un par de frases sobre la felicidad;
"La felicidad es la ausencia de miedo" (Eduard Punset)
"Buscamos la felicidad, pero sin saber dónde, como los borrachos buscan su casa, sabiendo que tienen una". (Oscar Wilde)
Y la mejor de todas;
"Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna…" (Por supuesto, Groucho Marx)

yrn dijo...

Jajaja!! Muy bueno, RL... La comparación del cuadro me parece muy acertada, y Groucho... genial, como siempre!

Anónimo dijo...

la felicidad está en el camino, no en la meta ( no es mio ), y no importan los sitios, sino la gente con la que estamos.

yrn dijo...

Cuánta razón tienes, Jorge...

Por eso pienso que la felicidad es un camino de ida y vuelta: si me rodeo de gente especial seré feliz, haré felices a los que me rodean, y ellos me harán felices a mí!

Gracias por ser especial ;-)