martes, 21 de abril de 2009

No puedes hacerme daño



No me busques, no estoy donde crees…


No estoy enfrente de ti cuando hablas.


No estoy a tu lado aunque me veas, aunque me puedas oler, tocar…


No estoy.


Soy tan libre que tus palabras no podrán herirme jamás, ni tus actos conseguiran que me caiga para no volver a levantarme.


Estoy tan lejos que nunca sospecharás que no te temo.


Porque estoy blindada. No me puedes atacar. Tus flechas no actúan sobre mi rostro impasible, las veo llegar, resbalar y caer.


Y a solas fabrico con mis lágrimas la sal que cerrará mis heridas, bebo el aire que ahogará el dolor, preparo el silencio que turbará tu paz…


No lo intentes. Aunque quieras, no podrás robarme mi fuerza.


Está guardada en lo más profundo, en ese lugar al que jamás accederás, pues ni siquiera su sombra te pertenece.


No puedes hacerme daño.


No puedes…



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