Cada vez que se nos rompe un poquito el corazón, éste se fortalece, así que, aunque algunos corazones son frágiles y se descascarillan enseguida, con cada desconchón se hacen más y más fuertes.
Si no creo lo que dices, no podrá decepcionarme lo que haces.
Si no espero nada de ti nunca podrás defraudarme.
Si no te pienso, si no te sueño, me libraré de la pesadilla de echarte de menos.
Si no te tengo como amigo no será mío tu sufrimiento.
Si no te ofrezco mi amistad sentiré que no nos debemos nada.
Si no hiciese todas esas cosas, tendría el corazón intacto...
Y, sin embargo... ¡¡Me alegro de tener un corazón absolutamente desportillado!!
4 comentarios:
Tienes toda la razón, cuanto más daño hacen a tu corazón, mas fuerte se vuelve él.
Yo también me alegro de tener el corazón desportillado!!!!!
Besos
Esther.
Al fin y al cabo, es mejor que te revoleen de vez en cuando un poquito el corazón, que no vivir con él permanentemente anestesiado para que nadie pueda herirlo, no crees?
Otro beso para ti!
Querida Yrn: espero que a pesar de que estos días que has estado extraña te sirvan para escribir cosas tan bellas, te repongas y estés siempre feliz y saltimbanqui, como me gusta imaginarte.
Besos mil y versos endecasílabos,
Amydala.
Muchas gracias, Amy. Sólo tú podías ver la parte más bonita de estar un poco tristona jejeje...
Pero sí, ya vuelvo a ser la de siempre: saltimbanqui y feliz ;-)
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